lunes, noviembre 08, 2004

ellos



Se limpiaba las lágrimas y salía a dejar las cartas para
que la gente escogiera lo que iba a tomar esa noche,
regresaba y esperaba mientras sus lacrimales estaban en actividad total,
él hablaba y ella escuchaba pero se interrumpian
por regresar a la sala a pedir la orden decada mesa,
mientras los que pedían los observaban con cierto horror
al verles la cara roída por las lágrimas salitrosas
que como nadie sabe nos van mermando el rostro
hasta dejarlo sin sonrisas, sin ánimo, sin perdón,sin temor de nada.
De una nada que puede seguir
girando aunque ellos prefieran seguirse flagelando.

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