esa noche después de la ruina
después de haber topado con el epicentro del terremoto
después de haber girado en el ojo del huracán
corrí hasta ese cómodo sillon
y me acoste porque esa era mi nueva cama
de la nada saque un kuter
que siempre llevo conmigo para defenderme de todo mal.
y comenze a tallar la navaja sobre mis costillas
sobre mi torso
sobre mi abdomen
hasta uqe poco a poco
comenze a hacer los rasguños más fuertes
hasta tocar mi corazón
mi mano apretaba más y el kuter se hundía más en mi
sentía como traspasaba y como me ardía
el alcohol que corría dentro
me hacía sentir que la navaja raspaba los huesos
pero no era cierto
era el dolor que ganaba a la resistencia
¿resistencia a qué?
¿a la vida o a la muerte?
y escuche ruídos veloces
que me golpeaban el pecho por dentro
eran los zumbidos agonizantes
de mi maquinita de amar.
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