miércoles, octubre 20, 2004

kampanas


En el silencio vespertino
con que temor nos afligimos
Y disfrutamos una piedra como corazón
no somos mujer ni hombre
somos demonios ¿más que demonios?de un lamento,
de una caricia que palpitan en campanas
que sollozan en ellasmientras nos condenan
con el lamento del dolor
que golpea a esas campanas.

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